Trabajando a pérdidas

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El campo almeriense esta viviendo una situación muy difícil y dramática, en la que muchos
cultivos llevan semanas cotizándose a nada prácticamente, como por ejemplo, es el caso de la
berenjena, calabacín, pepino y en estos últimos diez días, melón y sandía, siendo esta quizás
la más perjudicada.
En algunos productos es algo repetitivo que sucedan este tipo de acciones en los que decae el
precio durante estos meses, ya que da la sensación la parte comercial de Almería se centran
más en cultivos mayoritarios y con más volumen de kilos como sandía y melón.
¿Pero de qué vale? Es muy indignante que durante tres meses que tarda más o menos en
desarrollarse este tipo de cultivos, un agricultor se deja la piel para cultivarlo con todos los
estándares de calidad que nos exigen para que su producto se pueda cotizar lo mejor posible,
pues bien, después de estos tres meses cuando llega el momento de la recolección, vemos con
se ofrecen 10-15 centímetros por kilo, algo con lo que prácticamente no se llegan ni a cubrir los
costes del injerto. Años atrás, podía ser mal precio, evidentemente, pero los kilos que se
cortaban podían compensar al menos para cubrir los costes de la cosecha, pero nos han hecho
ir cambiando de variedades. Variedades, que supuestamente se podían defender mejor en los
mercados pero que producen la mitad, calibres más pequeños lo que repercute en menos
producción, pero, ¿qué incongruencia, no? Si aquel fruto que pese menos de 4kg nos dicen que
lo debemos de dejar en la explotación, por que supuestamente no tiene salida.
Es cierto que hay que adaptarse a los mercados y al consumidor, pero son productos que van a
un amplio abanico de mercados y todos no piden lo mismo.
En el mes de febrero se sabían las previsiones de corte que podría haber durante el mes de
mayo, es decir hace 4 meses, creo que tiempo suficiente para planificar una campaña que
prácticamente dura 20 días, como bien se ha comentado antes. El papel del agricultor es sacar
un producto de calidad, el cual se cumple, para que luego se defienda bien en los mercados,
ahí es donde este plan hace aguas, hay una frase que esta semana se ha extendido como la
pólvora: «Es que hace frio en Europa y no hay pedidos”.
Sabemos que estos productos apetecen un poco más cuando la temperatura es más alta, pero
el consumidor consume sandía y melón todo el año, habiendo meses más fríos.
Es una situación insostenible en la que en muchos casos se quieren aprovechar de la buena fe
de un agricultor, hay “compradores “ llamando para comprar sandías. ¿Si no hay pedidos? ¿Por
qué llaman?

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