“El cuenco de polvo”

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“El cuenco de polvo” (dust bowl), una catástrofe ambiental que afectó a los Estados Unidos

Según la información publicada por la revista Historia de National Geographic (nº 208), fue la mayor y más prolongada catástrofe natural sufrida por Estados Unidos.

Afectó especialmente a los estados de Colorado, Kansas, Nuevo México, Texas y Oklahoma por donde se extienden las grandes llanuras, son tierras semiáridas cuya vegetación herbácea sirvió para alimentar a las manadas de bisontes y posteriormente a los rebaños de vacas, que empezaron a reducirse cuando el precio de la carne descendió a principios del siglo XX. Fue entonces cuando los granjeros empezaron a cultivar intensivamente sus tierras con trigo, aprovechando el incremento de precios por la demanda de los países contendientes en la primera Guerra Mundial o Gran Guerra, y, favorecida la producción por la bonanza climática de la década de 1920, con más lluvia de la habitual en aquellas tierras semiáridas. Pero, en la década de 1930 el tiempo cambió y hasta 1940 se sucedieron intensas sequías. La reseca capa de suelo, desprovisto de las raíces de las plantas que lo retienen. Los fuertes vientos que generaron ventiscas primaverales que si en 1932 fueron 14, en 1933 fueron 38. Montañas de polvo lo cubría todo. En 1935 se estimó que hasta 850 millones de toneladas de tierra fueron arrastradas por el viento.

Los habitantes de las llanuras vivieron años apocalípticos. Se perdieron cultivos, el polvo deterioraba la pintura de los automóviles, dañaba los ojos de los animales dejándolos ciegos, la inhalación hacía que el polvo llegado a los pulmones provocase neumonía y fiebre del valle (el agente causal de la fiebre era un hongo del suelo) y, además plagas de langostas arrasaban los cultivos. La comida empezó a escasear y la desnutrición y el raquitismo comenzó a extenderse. La sequía y los tornados de polvo, sumados a la devastadora crisis económica que estalló en 1929 (la gran depresión) dieron lugar a que 2,5 millones de personas cambiaron de lugar de residencia, y, más de un cuarto de millón abandonó las grandes llanuras. Muchos se fueron a California en cuya próspera agricultura esperaban encontrar trabajo como temporeros.

Este ejemplo me ha ayudado a meditar sobre tanta información como se genera bajo el epígrafe “cambio climático”.

Julio C. Tello Marquina

Profesor emérito

Universidad de Almería

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