¿Sienten dolor los insectos?
Se denomina sintiencia a la capacidad de sentir y se ha estudiado en los animales con una serie de marcadores neuronales y conductuales. ¿Tiene el animal un sistema nervioso compatible con la sintiencia? ¿Es una conducta coherente con ella? ¿Busca alivio al dolor?
Los insectos son mucho más sofisticados de lo que se creía. Diversos experimentos no descartan que sientan dolor los insectos y hasta que tengan experiencias “emocionales”.
¿Sufre una mosca cuando le damos un palmetazo o la pulverizamos con un insecticida?. El cerebro de una mosca es mil veces más pequeño que un grano de arroz y apenas tiene una millonésima parte de las neuronas del cerebro humano. Los últimos experimentos cuestionan esta presunción. Si se pregunta a un entomólogo si sienten dolor una mariposa cuando se clava un alfiler en su tórax, la respuesta podría ser, “no estoy seguro”.
Durante muchos años hubo un acuerdo científico contundente: “sin nocireceptores no hay dolor”. Estos receptores nerviosos, que abundan en la piel de los mamíferos y aves, son los que nos hacen apartar la mano del fuego o reaccionan cuando nos pinchamos. Al no encontrar estructuras similares en los insectos, la conclusión parecía obvia: no podrían sentir dolor como los humanos.
Esta afirmación ha empezado a tambalearse a partir de 2020 que se realizó un experimento en la Universidad Queen Mary de Londres. Se dispusieron dos comederos para abejorros, uno a temperatura ambiente y otro calentado a la temperatura de un café caliente (54 °C). Cuando los comederos contenían la misma concentración de azúcar en el agua, los abejorros elegían el que estaba a temperatura ambiente. Sin embargo, cuando se reducía la concentración de azúcar en el que estaba más frío, los abejorros optaban por el comedero caliente.
Cuando las moscas son sometidas a privaciones del sueño, a frío, a estrés, etc. Comienzan a mostrar apatía, no les apetece volar ni comer. Lo más llamativo es que responden bien a fármacos antidepresivos.
Investigaciones posteriores han puesto en evidencia que moscas, mosquitos, cucarachas y termitas muestran evidencia de fuerte dolor. Todos los insectos estudiados mostraron algún indicio de sintiencia, como dirigirse a buscar plantas que contienen analgésicos. Así, los abejorros cuando están parasitados buscan la flor del tabaco.
Cuando se redactó la “revolucionaría” ley de bienestar animal (Animal Welfare Act de 2022), la evidencias en sintiencia de animales llevó al reconocimiento legal para cefalópodos (pulpos y calamares) y crustáceos, dejo abierta una pregunta: ¿qué hay de otros invertebrados?.
Estos indicios sirven para conocer que los insectos son más sofisticados de lo que se creía. Aunque carezcan de nocireceptores, poseen otros sensores que podrían realizar un papel similar. El cuerpo de las moscas está cubierto de pelos sensoriales (setas) y los grillos tienen células nerviosas bajo la dura quitina que reaccionan ante estímulos dañinos que viajan hasta el cerebro a través de canales específicos. Las abejas ven señales ultravioletas en las flores. Las hormigas se orientan siguiendo rastros olfativos. Las mariposas monarca captan los campos magnéticos durante sus migraciones.
¿Les serviría de algo el dolor a los insectos?. Para los mamíferos es una señal de alerta. La respuesta a la pregunta plantea dilemas éticos. Cada año se eliminan billones de insectos con pesticidas en agricultura y plantaciones arbóreas. ¿Deberíamos plantearnos como los tratamos?. Suponiendo, incluso, que se llegue a aceptar que sientan dolor. ¿podríamos evitar causárselo?. Los insectos están en todas partes, simplemente los automóviles provocan una matanza al moverse. Y, además hay jerarquías morales: ¿deberíamos proteger por igual a las abejas polinizadoras que a los mosquitos que han producido la muerte en humanos mas que todas las guerras?.
El último hito ha sido la declaración de Nueva York sobre la “conciencia” animal en abril de 2024, que señala que existe una posibilidad realista en muchos invertebrados y se incluye poner a prueba los insectos por primera vez.
Julio C. Tello Marquina
Profesor Emérito
Universidad de Almería