El no laboreo del suelo en agricultura

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Finalizando el pasado mes de junio, leí un artículo en la prensa nacional homenajeando a Carlos Crovetto Lamarca que había fallecido. Se ha considerado a Crovetto como uno de los padres de la labranza cero, hasta el punto de ser conocido como el “doctor de los suelos”. Su experiencia fue recogida en el libro titulado: “Agricultura de conservación: el grano para el hombre la paja para el suelo”. Trabajó en la explotación familiar, donde introdujo el no laboreo del suelo desde 1978. Una experiencia ininterrumpida hasta la actualidad.

Crovetto no fue el autor de la idea original, pero formó parte de los pioneros. Aprendió de las enseñanzas de Edward H. Faulkner, agente de extensión agraria en Ohio (Estado Unidos de Norteamérica) que publico en 1943 el libro titulado en español “La insensatez del labrador”. El autor escribe en el capítulo I: “este libro se propone demostrar que el arado de vertedera es el apero menos satisfactorio para mejorar la cosecha…. El hecho es que nadie, jamás, ha ofrecido una razón científica para justificar que se are”. En unos años en que la maquinaria agrícola comenzaba a tener un auge, que todavía no ha cesado, la afirmación no podía mas que generar polémica. Y, su actualidad parece evidente.

El libro de Faulkner era una respuesta al efecto que se produjo con el uso del arado durante la sequía ocurrida en el medioeste de EE.UU. en la década de 190, que originó una erosión devastadora, con tormentas de polvo que arrastraba la capa fértil del suelo.

En España, donde el 82% de la agricultura se hace en secano, esta erosión se constata año tras año. Así lo han mostrados dos experiencias modelo que han estudiado la labranza cero en cultivos de secano.

Una se ha desarrollado en la campiña de Córdoba durante más d 25 años, bajo la dirección del catedrático Luis López Bellido, que ha demostrado como el no laboreo del suelo iguala en producción y calidad a las cosechas obtenidas en suelo sometido a labranza.

La otra experiencia se ha realizado durante 20 años en la finca “La Higueruela” perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), situada en Toledo. La investigación se desarrolló bajo la dirección del Dr. Carlos Lacasta Dutoit, que nos proporciona la siguiente recomendación: “Siempre que se pueda no labrar, y en caso de hacerlo, con un mínimo de laboreo y con aperos que no inviertan las capas del suelo, favoreciendo su evolución natural. En cultivos leñosos mantener todo el tiempo posible una cubierta vegetal. Evitar el suelo desnudo y el barbecho en blanco”.

Estas lecturas de las que he disfrutado reiteradas veces me han sugerido, desde que conocí la horticultura almeriense, la siguiente reflexión.

¿Podría considerarse a la forma de cultivar bajo invernadero en Almería, un ejemplo de no labranza del suelo?. Entiendo que sí, aunque no se publicite tanto como debiera esta “calidad” de la producción.

 

Julio C. Tello Marquina

Profesor Emérito

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