Los apicultores están desesperados y la Junta sigue sin dar las ayudas por sequía que publicó el Ministerio en mayo
La situación del sector apícola andaluz continúa siendo muy crítica como consecuencia de la sequía y la inasumible subida de los costes de producción, lo que está provocando, en algunos casos incluso, el abandono de la actividad.
Para colmo de males, las mínimas ayudas que se aprobaron por parte del Gobierno español para paliar esta grave crisis tampoco han llegado a los apicultores andaluces, que no han corrido tanta suerte como las de los apicultores de otras comunidades autónomas, donde sí se han publicado y hecho efectivas estas ayudas.
Concretamente, el pasado 12 de mayo se publicó en el BOE el Real Decreto Ley 4/2023 que establecía una ayuda directa y urgente en materia agraria y de aguas, en respuesta a la sequía y al agravamiento de las condiciones del sector primario, derivado del conflicto bélico en Ucrania y de las condiciones climatológicas.
En este decreto se establecía una ayuda directa a las explotaciones apícolas que las Comunidades Autónomas debían gestionar y hacerlas llegar a los apicultores.
Casi seis meses después, COAG Andalucía denuncia que, a pesar de la extrema necesidad que tienen hoy en día los apicultores andaluces, la Junta de Andalucía sigue sin publicar la normativa para hacer efectivas estas ayudas que dio el Ministerio de Agricultura.
Parece mentira que el Gobierno andaluz haya sido incapaz hasta la fecha de gestionar estas ayudas que, si bien no van a dar solución a la crisis que atraviesa el sector, que es histórica, sí van a suponer cierto balón de oxígeno para los apicultores, que estamos desesperados y ya no podemos más”.
La urgencia está más que justificada, porque los apicultores estamos teniendo que soportar, además de pérdidas de un 80% de la cosecha y que los enjambres del año no se consolidan, los sobrecostes ocasionados por el manejo encaminado a recuperar las colmenas, el coste de la alimentación suplementaria y el coste de los desplazamientos a los colmenares, que se ha multiplicado por cinco por término medio”.