La capacidad de adaptación que tiene el sector hortofrutícola para superar las circunstancias adversas, es increíble, lo hemos visto en los tiempos más duros de la pandemia y lo estamos viendo ahora, con una guerra en Europa y un excesivo incremento de costes.
El riesgo para la próxima campaña radica en conocer si el nivel de costes permanecerá estructuralmente alto y si los precios podrán seguir el mismo camino.