«La misma sociedad urbana que se queja de la carestía de los alimentos, continúa criticando las inversiones agrarias en regadíos, trasvases, invernaderos o granjas».
Con estas palabras Manuel Pimentel representa en un reciente artículo en ‘The Objective’ la paradoja que existe en una sociedad que quiere una alimentación completa y económica pero parece ‘detestar’ a los agricultores que la producen.