Julio C. Tello Marquina – Profesor emérito Universidad de Almería

Screenshot_2

El metano y los “pozos zombis” en el “cambio climático”

A partir de los años 70 del siglo veinte, cuando ocurrió la crisis del petróleo, el derecho ambiental adoptó el principio de “quien contamina paga” que encaminó los esfuerzos de los países a dar impulso la “cambio climático”. Parte de esta orientación fue el compromiso de eliminación de los conocidos gases que erosionaban la capa de ozono de la estratosfera. El compromiso se concretó en el conocido Protocolo de Montreal, firmado por todos los países. Entre los gases eliminados estuvieron los CFC (clorofluorcarbono) usados en refrigeración y el bromuro de metilo utilizado como gas desinfectante en agricultura.

En la actualidad se trabaja en la eliminación de otros gases que inciden en el “cambio climático”. Son los más conocidos metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). Después de haber colaborado en la eliminación del bromuro de metilo, mi curiosidad me ha llevado a conocer cual es el papel del metano en el cambio climático y, especialmente, saber cual es su origen y cómo se está procediendo a limitar sus emisiones. Se lo cuento, apreciado lector, por si fuese de interés para satisfacer su curiosidad.

¿Cuál es el origen del metano emitido a la atmósfera?

En el año 2004 una pareja de jubilados y su nieto desayunaban en su casa, situada en un pueblo del estado de Pensilvania (Estados Unidos de Norteamérica) murieron y las autopsias practicadas mostraron la presencia de metano en sus pulmones. ¿Cómo había llegado a los pulmones de los fallecidos?. Los bomberos dictaminaron que se había infiltrado en el sótano de la vivienda procedente de uno o varios de los 16 pozos petrolíferos abandonados a 1 km de la vivienda. Estas observaciones, desconocidas hasta entonces, probaron que el explosivo metano puede seguir brotando durante casi diez mil años si la estructura del pozo no se ha sellado. Por si esto no fuese suficiente, el gas se acompaña de ácido sulfúrico y el benceno, nocivos para la salud humana. ¿Cuánto metano se ha emitido a la atmósfera desde que se abrió la era del “oro negro” hace 164 años, iniciada por el primer pozo abierto en Pensilvania?. La explotación petrolera de un pozo dura unos 30 años, al final de los cuales se abandona. La industria petrolera está sometida a un ciclo recurrente: auge-colapso. Desde 1850 en que se abrió el primer pozo moderno, los expertos han calculado que se han abandonado 30 millones de pozos en todo el planeta. Si se tiene presente que durante más de un siglo, el sellado de estos pozos “huérfanos” o “pozos zombis” no fue una exigencia global en la mayoría de los países productores de petróleo. La cantidad de metano incorporado a la atmósfera debe ser inmensa.

Ante esta situación, un poco de consuelo puede obtenerse al conocer que el metano permanece 12 años en la atmósfera, mientras que el otro contaminante (el dióxido de carbono) se mantiene 120 años. El metano es 25 veces más potente por su efecto invernadero que el dióxido de carbono.

El sellado de estos “pozos zombis” no es una operación barata. Hay que cegar el cabezal y desmontar las estructuras en superficie, los tubos se hunden hasta centenares de metros en el subsuelo y hay que aislarlos con una camisa formada por toneladas de cemento. Pese a ello son vulnerables a gases corrosivos, al agua desalada y a los movimientos sísmicos. Además, por si fuera poco, deben ser limpiados o llevarse los suelos contaminados y tratar las aguas. La operación puede durar meses y el costo es del orden de decenas de miles de dólares. Los pozos así tratados se conocen como “pozos zombis”. En el estado de California se calcula que hay 250.000 pozos. La limpieza y el desmantelamiento de los pozos abandonados y su sellado tiene un costo calculado de 13.200 millones de dólares. Esta cifra es estimativa, al igual que los datos proporcionados por Estados Unidos de Norteamérica (3,7 millones de pozos), Canadá (sólo en Alberta, 300.000 pozos), Francia (sólo en Alsacia, 5.000 pozos) y Reino Unido (27.000 pozos). Del resto de zonas petroleras no hay información.

Desde que la agenda de los gobiernos está ocupada por el “cambio climático”, se han hecho públicos algunos datos elocuentes. Es el caso de Estados Unidos de Norteamérica, donde se escapa a la atmósfera como mínimo, 8,2 millones de toneladas de metano del subsuelo a través de estos pozos “huérfanos”, lo que equivale a una “huella de carbono” comparable a lo que expulsan por sus tubos de escape unos 4 millones de vehículos.

¿Dónde se genera el metano que se está escapando a la atmósfera?. Se calcula que un tercio procede de las “reliquias de la industria petrolera y de las tuberías en mal estado de los gaseoductos. Otro tercio procede de los vertederos, los arrozales y la ganadería (no son las flatulencias de las vacas, sino los eructos que acompañan a su complicado aparato digestivo lo que originan el 89% del metano de procedencia animal). Y el resto de la minería del carbón. Sólo en China hay 1100 centrales eléctricas que se alimentan de carbón.

Pero, ha nacido una preocupación nueva debida al deterioro del permafrost (tierra helada de las regiones árticas que se está descongelando). Ha sido recientemente cuando los expertos se han percatado del peligro que esta posible fuente de metano, con la cual no se contaba, puede suponer.

Perspectivas de futuro

Según la Organización de las Naciones Unida, si la humanidad consiguiera reducir las emisiones de metano en un 48%, desde el presente año hasta 2030, esto permitiría evitar 0,30 oC de “calentamiento global” hasta el año 2045.

Los gobiernos de Estados Unidos de Norteamérica y de los estados de la Unión Europea, dedican importantes fondos para conseguir el fin señalado en el párrafo anterior. Sin embargo, parece que sólo cubren alrededor del 13% del metano que se libera en todo el planeta. Una razón parece ser la deficiente información sobre la ubicación de los pozos “huérfanos” no sellados, pese a detectarse unos 4.000 cada año.

Otra razón es que los incentivos para el sellado de pozos no están consiguiendo su objetivo. El centro del debate es el mercado del carbono, que se fundamenta en un controvertido sistema diseñado para reducir las emisiones de gases de “efecto invernadero”. En el caso del sellado de los pozos, los créditos se logran cuando se verifica que no hay fugas. Los créditos se pueden negociar en bolsa. La tonelada de metano disminuida se pagaba a 87 dólares americanos antes del verano.

Alan Peltz, directovo para la defensa del medio ambiente se muestra crítico con los pozos abandonados, dice: “Subsidiar a los operarios del petróleo, cuando están obligados a hacerlo es un riesgo moral. Hay una auténtica “fiebre del oro” en marcha sin supervisión”.

El asunto del metano puede agravarse más. Si en la actualidad se está acelerando el ritmo de cierre de empresas petroleras y si esto no se hace bien pueden acabar soltando más metano a la atmósfera.

Respecto a las otra fuentes de metano y su reducción, no soy capaz de imaginar la complicación con los animales y con los campos de arroz, si los pozos abandonados están presentando las dificultades resumidas en las líneas anteriores.

Julio C. Tello Marquina

Profesor emérito

Universidad de Almería

Comparte este Artículo

Julio C. Tello Marquina – Profesor emérito Universidad de Almería
Julio C. Tello Marquina – Profesor emérito Universidad de Almería
Julio C. Tello Marquina – Profesor emérito Universidad de Almería
Julio C. Tello Marquina – Profesor emérito Universidad de Almería