Así se expresaba recientemente Bartomeu Monserrat, investigador mallorquín, cuya calidad profesional ha sido reconocida por el premio concedido por la Real Sociedad Española de la Física y la Fundación BBVA en el año 2022.
Para entender el contenido del trabajo, he tenido que informarme, y recordar lo aprendido durante mi formación universitaria, para conocer que significaba el título de esta breve nota. La mecánica cuántica se compone de ecuaciones planteadas hace más de un siglo, pero que en su mayoría no se sabe como resolverlas. La investigación en este campo se centra en buscar soluciones aproximadas para estas ecuaciones. Soluciones que permiten estudiar moléculas cada vez más complicadas y diseñar materiales nuevos “a la carta”. Esto es posible cuando se conoce el funcionamiento de los átomos a escala cuántica y se combinan para crear materiales que no existían, con propiedades para fabricar ordenadores más rápidos o placas solares más eficientes. Un ejemplo lo representa el indio, es un conductor transparente utilizado para teléfonos móviles. El indio es un elemento escaso y la física cuántica busca sustitutos para garantizar la autosuficiencia en los países.
Obtener un nuevo material no es un proceso rápido, puede durar 20 años.
El tema tiene una envergadura importante a juzgar por la creación de la iniciativa denominada genoma de los materiales, imitando al proyecto que permitió completar el mapa del genoma humano. Su objetivo es mantener una colaboración entre universidades, industria y gobierno.
Espero que comprendan cuánto me sorprendió la información, especialmente su denominación utilizada como genoma de los materiales.
Julio C. Tello Marquina
Profesor emérito
Universidad de Almería