Las rogativas a los santos y el tiempo atmosférico – Julio C. Tello Marquina Profesor emérito

Tello

La heterodoxia se fundamenta en la ausencia de mediciones como las actuales para cifrar temperaturas, pluviometría, nubosidad, etc. Las rogativas fueron las fórmulas para pedir las lluvias o invocar su finalización.

Esta curiosidad que tantas veces se menciona coloquialmente. O, incluso, se recoge de pasada en los libros de agronomía, en pocas ocasiones se encuentra información escrita que sirva de testimonio para evaluar su utilidad.

Durante el periodo navideño he tenido ocasión de leer varios volúmenes de la obra “Nuestro Padre Jesús Nazareno. Leyenda, historia y realidad de la imagen y su cofradía” cuyos autores son López Pérez M., López Aranda M.A., López Aranda M.T. y editado por el Diario de Jaén S.A. en 2005.

La cofradía que se fundó a finales del siglo XVI, comenzó a hacer rogativas para paliar la sequía mediado el siglo XVII (1648).

¿Quién solicitaba las rogativas? ¿Cómo se justificaban?

Durante la primavera de 1859 la situación en Jaén era muy preocupante por la falta de lluvia. La situación es descrita de la siguiente manera: “Asustaba la serenidad del cielo, no se divisaba la más ligera nube, dos mese hacía que reinaba un viento contrario; el barómetro no se movía; las veletas de los campanarios parecían clavadas; reinaban las enfermedades propias del tiempo seco; los labradores y pastores no tenían ninguna señal de las que se suelen descubrir en los ganados… las hojas de los sembrados iban tomando un tinte amarillo. Ya no cabía duda, pocos días más de serenidad y el mal no tendría remedio” …

“El 8 de abril el ayuntamiento solicita al cabildo de la catedral, en nombre de la ciudad, que se realizasen rogativas públicas para implorar de la Divina Misericordia el beneficio de las lluvias de la que tan faltos están los campos.”

De las actas de la cofradía se han revisado las rogativas realizadas entre 1648 y 1949. En el siglo XVII se hicieron 6 rogativas (1648, 1664, 1680, 1693, 1698 y 1699). La primera fue para implorar que cesasen las lluvias y así ocurrió, el resto de los años se imploraba la lluvia, pero no se indica si las lluvias ocurrieron.

En el siglo XVIII se hicieron 8 rogativas entre 1702 y 1779. En 1702 se imploró el cese de la lluvia. Y así ocurrió. En los años 1703, 1718, 1720, 1730, 1734, 1761, 1779 se imploró la aparición de lluvias, lo cual ocurrió en 1730, 1734 y 1761 (en este año la lluvia fue muy escasa).

En el siglo XIX se hicieron 14 rogativas. En 1807, 1808, 1817, 1825, 1832, 1837, 1863, 1882, 1896, 899, se pidió la aparición de las lluvias que no ocurrieron. En 1824, 1837, 1859, 1867 y 1868, se presentó la tan necesitada lluvia, en enero de 1837 se produjo una intensa nevada. En la fachada de la catedral se perpetuó el agradecimiento del pueblo de Jaén en dos vítores que dicen “Viva N. P. Jesús 1868”.

En el siglo XX se hicieron 6 rogativas: 1900, 1905, 1931, 1943, 1945, 1949 para implorar la lluvia. En los años 1900, 1905, 1931, 1943, las lluvias aparecieron, no lo hicieron en los dos últimos años.

Las rogativas en general se realizaban en los meses de febrero, marzo, abril y mayo y se dirigían al desarrollo de los cereales (trigo, cebada, entre otros). La primavera es un periodo crucial para el desarrollo de las plantas, siendo el agua de extrema necesidad.

Lo datos permiten tener una idea de la falta de agua que limitaba o impedía la cosecha, pese a no tener cantidades que indicasen cual fue la cantidad de lluvia caída o limitada. Carezco de conocimientos sobre las sequias medidas por el servicio meteorológico en el siglo XX y lo que va del siglo XXI. ¡Quizás no hay tanta diferencia!

El trabajo, pese a su sencillez, ilustra sobre aspectos de la sociedad jaenera en el pasado.

Traer a la actualidad esta información , contrasta con la aparecida en la prensa nacional durante el mes de enero y que copio de manera literal: “Estados Unidos vive la peor sequia en 1200 años por lo que se ha bautizado como megasequia. El 60% del territorio continental del país está afectado por un fenómeno que se ha agravado con el calentamiento global. Un tercio de las simulaciones de los expertos creen que el fenómeno puede prolongarse hasta 2030, aunque el resto creen que puede terminar en cualquier momento a partir de este año”. Supongo que las simulaciones proceden de algoritmos e inteligencia artificial. Hoy, esto es la ortodoxia

 

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