Mar de Plástico

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Mar de Plástico. Así es conocido mundialmente el Poniente Almeriense. Desde los años 60, la agricultura intensiva ha sido el impulsor de la economía de nuestra comarca, capaz de proporcionar un nivel altísimo de producción para el consumo nacional y la exportación. Generador de un sistema empresarial que vive por y para la agricultura, y que enriquece directa e indirectamente a sus habitantes. La Huerta de Europa.

Sin embargo, este hecho parece irrelevante cuando a los medios de comunicación les da por arremeter contra nosotros. El más leve susurro de que se han encontrado unos plásticos arrojados en el campo es suficiente para que los colmillos de esos lobos amarillistas vuelvan a relucir, sedientos de sangre y visitas.

 

Y es que ahora el plástico está de moda. Hay que reducir su uso hasta extinguirlo, y en eso podemos estar todos de acuerdo. El plástico está incrustado en nuestras vidas. En el baño, en la nevera, en el coche. Plástico. Hasta hace no tanto, cualquier producto adquirido venía envuelto en plástico: la sudadera que adquieres por internet, los plátanos que compras en el supermercado… plástico.

Según datos ofrecidos por Euromonitor y difundidos por la BBC, hasta 2015 se generaron 6.300 millones de toneladas de residuos plásticos. Si continúa esta producción y gestión de residuos, en 2050 habrá 12.000 millones de toneladas de basura plástica en vertederos o en el medio ambiente.

¿Y de toda esta basura, cuánta acaba en el mar?

Se estima que alrededor de 10 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos cada año.

¿Los países que peor gestionan estos residuos? Digámoslo claro, China es el primero; seguido de EEUU, India y países del Pacífico como Tailandia, Filipinas o Indonesia.

 

En esta línea, la industria del plástico lleva décadas presionando contra la legislación para desplazar cuidadosamente la responsabilidad de los residuos de las empresas hacia los consumidores, representados en campañas de lucha contra la contaminación ambiental financiadas a lo largo del tiempo por el mundo empresarial. Es decir; como siempre, la culpa acaba siendo de los consumidores.

Coca-Cola, impulsó en el año 2018 su campaña ‘Mares Circulares’, que, en resumen, se trata de una iniciativa para retirar envases de plástico de las playas y océanos de nuestro planeta.

En el mundo se compran 1.000.000 de botellas de plástico por minuto. En 2016, se vendieron 480.000 millones, de los cuales, 110.000 millones las fabricó Coca Cola.

Sin duda, Mares Circulares es una buena forma de lavar la imagen de una empresa que, con sus productos, no hace sino potenciar lo contrario. Y es que el ejemplo de Coca Cola retirando plástico del medio ambiente no puede evitar evocar al patrocinio de McDonald’s en los JJOO o a los anuncios de Camel en los estadios deportivos.

Debemos tener en cuenta que una botella de plástico tarda 450 años en degradarse.

 

Por otra parte, otro de los productos plásticos más comunes en nuestro día a día son las bolsas de la compra. Decir que, una bolsa de plástico tarda entre 150 y 500 años en degradarse en la naturaleza.

En relación a este problema, hemos querido transmitir nuestra preocupación con el tema a las grandes superficies alimentarias que operan en nuestro país: Aldi, Mercadona, Carrefour, Día, Eroski, Covirán y Supermercados El Corte Inglés.

Huelga decir que, a excepción de Covirán, que nos mandó un correo mencionando muy por encima que, bueno, se está intentando reducir, los demás supermercados no quisieron respondernos.

Las grandes marcas se lavan las manos. O lo que es peor, lavan su imagen sin dejar de contaminar.

 

Porque, en definitiva, la culpa es del ciudadano que no recicla. La culpa es del agricultor al que se le vuelan dos plásticos al año. Por supuesto que no tiene nada que ver con los 12 millones de botellas de plástico que vende Coca-Cola al día.

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