Aportar materia orgánica y realizar el control biológico de plagas y
enfermedades son las mejores vías para evitar la degradación de los
suelos
El suelo es el origen del 95% de nuestra comida. Según datos de la FAO,
la producción agrícola tendrá que aumentar un 60% para satisfacer la
demanda mundial de alimentos en 2050. Con una gestión sostenible del
suelo, se podría producir hasta un 58% más de alimentos.
En todo el mundo, la pérdida de nutrientes del suelo es un importante
proceso de degradación que amenaza la nutrición humana. Es reconocido
como uno de los problemas más críticos a nivel mundial para la
seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la agricultura, de la cual
depende la alimentación de la población mundial. Cuando los suelos se
degradan y no se reponen los nutrientes, pierden su capacidad para
nutrir la vida y por tanto no pueden generar alimentos.
Como cada año, la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) celebra el próximo lunes 5 de
diciembre el ‘Día Mundial del Suelo’ con el objetivo de concienciar
sobre la importancia de mantener ecosistemas saludables. Este año, la
FAO ha elegido el eslogan “_Los suelos son el origen de los
alimentos” _para desarrollar una campaña de información que incluye
consejos para abordar los crecientes desafíos en el manejo del suelo.
Prácticas sostenibles
Con el objetivo de evitar la degradación del suelo, Koppert recomienda
poner en marcha cuanto antes prácticas sostenibles de gestión del
suelo a largo plazo. Entre dichas prácticas, destacan por su
importancia la aportación de materia orgánica como alternativa a los
fertilizantes artificiales, el reciclaje de nutrientes y la
incorporación del control biológico de plagas y enfermedades. Con
estas prácticas, las plantas se vuelven más fuertes y saludables,
beneficiando a la salud humana y garantizando la seguridad alimentaria.
En Koppert somos plenamente conscientes de la importancia de los suelos
como origen de los alimentos y nos esforzamos por promover suelos
saludables. Contribuimos a ello a través de nuestros bioestimulantes
que promueven la salud del suelo y un sistema radicular vigoroso y
resistente. También brindamos alternativas biológicas muy eficaces
como el fungicida biológico Trianum y los nematodos entomopatógenos, capaces de localizar a la plaga en los escondites más
recónditos.