Las «tijeras genéticas»: un asunto para meditar

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Con la denominación “tijeras genéticas” se recoge la conocida en ciencia como CRISPR/CAS 9 (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats/CRISPR Associated 9). Diversas lecturas sobre el tema, me han animado a compartir con el lector interesado algunas reflexiones.

La técnica esta inspirada en el proceso de defensa que las bacterias utilizan frente a virus que las infestan. El mecanismo esta conformado por dos elementos básicos, una proteína (Cas 9) con actividad nucleasa (“tijeras” que cortan el ADN) y un filamento de ARN que se conoce como “guía”.

 

Foto: Las científicas Jennifer Doudna y Emmanuele Charpentier, premiadas con el Nobel en 2020

 

Las investigadoras Jennifer Doudna y Emmanuele Charpentier recibieron el premio Nobel en el año 2020 por el descubrimiento de la técnica (al parecer el descubrimiento se debe a un investigador español). Ambas investigadoras han pedido desde hace tiempo que se desarrolle una normativa internacional y se adopte una moratoria en todo el mundo para evitar que se utilice en la genética humana. Se evitarían así episodios como el protagonizado por el investigador chino He Jiankui, que utilizó la técnica “CRISPR” en embriones humanos. Modificó el ADN (ácido desoxirribonucleico) de una pareja de gemelos para evitar el contagio con el virus del sida (VIH) de su padre. La proeza le costó un arresto domiciliario y, posteriormente, fue condenado a tres años de cárcel por prácticas médicas ilegales.

 

En una entrevista reciente Kazuo Ishiguro, premio Nobel de literatura en 2017, reflexionaba sobre el contenido de su última novela (Klara y el Sol. Anagrama) y mostraba su preocupación sobre que puede suceder en el futuro y su posible significado moral y ético.

 

La técnica denominada, también, “tijeras genéticas” es una tecnología que puede proteger a nuestros hijos de enfermedades hereditarias graves, así como otras patologías (sida y cáncer, por ejemplo). También se preconiza como técnica de mejora genética de precisión en especies agrícolas cultivadas. La literatura especializada ofrece publicaciones sobre la aplicación de la técnica en diversos cultivos. Por ejemplo, obtenciones de tomate y de trigo han sido mejoradas frente a oidio, enfermedad fúngica que afecta a la parte aérea de las plantas. O, producción de frutos de tomate sin semillas. O, cultivares de maíz resistentes a la sequía. Por citar algunos ejemplos.

 

La Unión Europea está supeditada, a día de hoy, por la sentencia dictada por el Tribunal de la Unión Europea en el año 2018, que se acoge al principio de precaución, determina que las variedades vegetales obtenidas mediante “edición genética”, para ser autorizado su uso, deberán ser consideras como organismos transgénicos (organismos modificados genéticamente, OMG).

 

Es oportuno recordar la definición del principio de precaución, dada a finales de los años 90 del siglo pasado:

“Cuando una actividad representa una amenaza de daño a la salud humana o al medio ambiente, se deberán tomar medidas precautorias aun cuando algunas relaciones de causa efecto no estén plenamente establecidas científicamente”

Julio C. Tello Marquina

Universidad de Almería

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