El periódico británico ‘The Guardian’ ha denunciado en varias ocasiones la “explotación de cientos de miles de inmigrantes” en los invernaderos de Almería.
Informa: Víctor Barrera
Annie Kelly, escritora de este artículo explica que los inmigrantes africanos viven en condiciones extremas, “bajo chozas hechas de cajas viejas y trozos de plástico, sin servicios o acceso a agua potable, salarios que normalmente suponen menos de la mitad del salario mínimo legal, trabajadores sin papeles a los que se dice que se les dice denunciará a la policía si se quejan”. En este artículo hablan de varios migrantes, pero ¿cuántos? ¿No saben el número exacto? Estaría bien que si es un artículo de investigación aportasen datos exactos para tener pruebas de estas graves acusaciones que perjudican gravemente al principal motor de la economía almeriense.
Para empezar, generalizan que todos los trabajadores migrantes que hay en los invernaderos viven en chozas, pero esto es realmente cierto. Desde la redacción de AgroRadio nos hemos puesto manos a la obra para desmentir estos ataques con argumentos y no como lo han hecho ellos, sin datos que contrasten sus informaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia de Almería cuenta con una población de 716.820 personas. De ellas, 145.908 son de origen extranjero, un 21,28% del total, muy por encima de la media nacional que es de en torno al 10%. Del total de residentes de origen extranjero, 73.003 ciudadanos proceden del continente africano. Esta cifra sitúa a Almería, como una de las provincias con mayor cantidad de población extranjera.
Nos hemos puesto en contacto con la subdelegación del gobierno en Almería para conocer la situación de la inmigración actual. Según las últimas estimaciones, la población de los asentamientos se sitúa en torno las 3.000 personas de las 145.908 que hay en nuestra provincia, lo que representa solamente el 2,2% de la población extranjera que hay en Almería. Hay que decir, que la gran mayoría de las personas que viven bajo estos plásticos son migrantes que llegan a nuestra tierra de manera ilegal y sin trabajo, por lo tanto, no es competencia del propietario de la explotación que estás personas se asienten en estas poblaciones sino de las administraciones que no controlan el flujo migratorio. Una competencia, como bien señala la subdelegación de Gobierno en Almería, que corresponde en materia de urbanismo a los Ayuntamientos, sin perjuicio de las competencias que corresponden a la comunidad autónoma. En cuanto a esa minoría que sí trabaja en los invernaderos hemos ido a varias explotaciones para conocer la versión de varios trabajadores migrantes. En las entrevistas realizadas estos empleados nos cuentan que podrían permitirse una vivienda, pero prefieren vivir en estos asentamientos. A la pregunta de por qué, nos contestan lo siguiente. “Mi sueldo oscila de los 1.000 € a los 1.300€ podría alquilar una vivienda, pero mi objetivo en Almería, como el de todos los migrantes que están en mi situación, es ahorrar la mayor parte del dinero que gane para poder ahorrarlo y enviarlo a mi país, Marruecos. Allí tenemos una familia, mujeres e hijos”. Le comentamos si perciben que existe explotación por parte de los propietarios y nos aseguran que no, que el trato con sus jefes es bueno, que les han dado trabajo y en algunas ocasiones facilidades para acceder a algunos de los cortijos de la finca. “Yo estuve viviendo en una chabola y ahora mi jefe me ha dejado vivir en esta casa al lado del invernadero, podría con mi sueldo vivir en un piso en el centro del pueblo, pero prefiero vivir aquí ya que ahorro más dinero. No tengo tantos gastos ni en el alquiler ni en la comida, aquí puedo coger verdura del invernadero solo gasto dinero en las carnes que quiera comprar en la tienda”.
Por otro lado, existe un control de los empresarios agrarios que deseen contratar mano de obra de temporada o campaña en el país de origen, la ley española exige al empresario que presente un plan de alojamiento y manutención de los trabajadores durante su permanencia. Igualmente, aunque los asentamientos provocan un fuerte impacto y son un problema que preocupa seriamente a todos los almerienses, hay que decir, que es competencia de las administraciones y no de los agricultores, como señalan en el artículo de ‘The Guardian’. En términos totales, como hemos dicho anteriormente, el número de personas que reside en ellos es pequeño en proporción con el global de la población de origen extranjero que reside en Almería.